El bruxismo es una enfermedad crónica que afecta cada vez a más personas en España. El botox para el tratamiento del bruxismo es una solución cada vez más utilizada con muy buenos resultados.
El bruxismo se puede definir como la costumbre de apretar y rechinar los dientes de forma involuntaria debido a la hiperactividad de los músculos responsables de la masticación. Es una enfermedad que afecta a hombres y mujeres de todas las edades y es más común en jóvenes.
Recientes estudios mencionan que la prevalencia de esta patología disminuye con la edad, la repetición de presentación varía y se observa una tendencia ascendente en los últimos años en el caso de los niños.
El bruxismo es inconsciente, especialmente durante el sueño. Pero puede dañar los dientes y, en muchos casos, afectar gravemente la calidad de vida.
Representa alrededor del 10% de las visitas al médico especialista y es la principal causa de desgaste de los dientes, además de otros problemas de salud importantes.
El Botox tiene varias aplicaciones en medicina general y es el tratamiento elegido para el blefaroespasmo o la distonía focal. En medicina estética, el Botox se utiliza para aclarar y eliminar las arrugas de expresión, tratar el bruxismo y las sonrisas dentudas, y rejuvenecer otras partes del cuerpo como las arrugas del cuello o del labio superior.
En el caso del bruxismo, se aplica Botox en el músculo masetero, el músculo más potente responsable de la masticación, para relajar el músculo y evitar que se contraiga en exceso. Otra consecuencia del bruxismo es ensanchar la mandíbula debido a apretar constantemente dichos músculos, dando como resultado una mandíbula cuadrada y masculina.
Por tanto, con la aplicación de la toxina botulínica no solo podemos reducir y eliminar los síntomas del bruxismo, sino también tratar sus consecuencias estéticas.
Es un tratamiento rápido, sencillo e indoloro que no requiere anestesia ni tiempo de recuperación.
Las causas están relacionadas con el estrés o la ansiedad, así como con una mala mordida o desalineación de la mandíbula.
El estrés acumulado es la razón de este trastorno que sufren miles de personas sin saberlo.
Puede causar problemas directa o indirectamente. Puede causar daño periodontal y desgaste de los dientes, lo que puede provocar fracturas e incluso la pérdida. Puede causar trastornos de la articulación temporomandibular, dolor muscular, dolor de cabeza difuso, dolor de oído, dolor de cuello e incluso dolor de espalda.
Algunos tratamientos comunes no abordan el origen del problema porque solo se usan para proteger los dientes y reducir la intensidad de ciertas molestias. Los medicamentos como los relajantes musculares ni siquiera son recomendables para todo el mundo, ni se debe prolongar su ingesta durante largos periodos de tiempo.
Si te despiertas por la mañana con dolor en la zona de la mandíbula y las orejas, aunque sea un dolor de cabeza tensional, es probable que hayas tenido un cambio perjudicial en tu articulación temporomandibular, especialmente en el músculo masetero, una patología que suele derivar en bruxismo.